domingo, 10 de junio de 2018

Hija de Satán


Con que facilidad la verdulera urde marañas desde la endiablada primera fila, hornacina de vulgar adobe desde la que la siniestra brilla.
Zafiedad de rasa, de monda mujerzuela. que comulga como arpía que urde tretas desde la silente connivencia de la oficiante alcahueta.
Siempre nos traicionan las artes, el destello de la pacata pacotilla.
Siempre nos retrata el tufo del no saber estar.
Construimos patíbulos en los que terminaremos siendo ajusticiados.
Papos pestilentes que creen que lo tuerto conduce a la gloria, y a la gloria se llega por el fulgurante camino recto.
El diablo habita en el envidioso secarral de ingenio, en la macilenta inquina de la calentura de la chacha.

Microcosmos


Pequeños estanques en los que es fácil brillar.
Charcas con pocas carpas.
Microcosmos donde se goza de inmerecida preeminencia.
De una preeminencia rancia, que nos empeñamos en rememoran.
Provinciana gloria, que mañana al alba, ajada estará.




Rehenes de nuestros aliados


"Hacer trampas nos endeuda, y el acreedor más pronto que tarde exige cobranza."
Irsia Carolain Sprimbol


Somos  rehenes de nuestros aliados, somos esclavos de la red de manos que nos encumbro.
Podio usurpado con las malas artes que solo son posibles en el que ha nacido perdedor.
Favores de despacho, favoreciendo a la corte de sanguijuelas, a las garrapatas que impulsaron nuestra moción.
El éxito amañado es el camino más corto hacia la desgracia.
Amigos de viboras.

Psicología


La psicología escudriña el sigilo, los movimientos sin rastro, los caminos angostos en los bosque de atenazadora maleza.
La psicología escudriña en el fondo los posos olvidados de las vivencias traumáticas, esas que a veces caramelizamos para poder soportarlas en nuestras entrañas, como la ostra baña de nácar el cuerpo extraño que la zahiere.
Somos complejos en los profundo, somos ingenios que chirrían al rotar por la arena de los pesares que oxida los engranajes de sus ruedas dentadas.
Todo está imbricado en nuestra mente, nada está por estar, sin provocar en la nívea blancura de nuestra primigenia alma, algún tipo de mácula, desgarrón o tara.
Todo en nuestra mente queda retenido, aunque no siempre aflore como nítido recuerdo, detalles nimios que están creando escena.
Elidimos para sobrevivir, endulzamos para soportar, olvidamos para poder volver a tropezar.
Historias amputadas de lesivos recuerdos.

sábado, 9 de junio de 2018

Memoria revisada, al margen de la historia


Todas las glorias son pasajeras, nada escrito es indeleble.
Las glorias se escriben en la memoria, en la memoria colectiva.
Si controlas la memoria controlas el futuro.
Nuevos relatos para encumbrar a los nuevos próceres.
Para borrar las proezas del antiguo régimen, para demonizar logros y diluir hazañas.
Glorias pasajeras, que los nuevos pasajeros del poder intentarán diluir.
Inquilinos de los palacios desde los que se escribe la memoria, desde los que se reescribe el pasado.
Nido de áspid, de urdidores de estatus cimentados en la trampa.
Las nuevas glorias loarán al derrotado, loarán al traidor, al asesino, al que reescribió la historia a la luz de la rebancha.
Sin cimas, todo es raso.
Sin perspectiva, lo raso es cima.
Sombra y realidad.

miércoles, 6 de junio de 2018

Simplismo


Es una tragedia la simplicidad, es un drama ser simple.
Es una catástrofe el simplismo, la capacidad que tiene el necio para planear sobre lo complejo.
Lectura pobre de las frases enormes, de los pensamientos ingentes.
El simple abarca universos con sus repetidos y seriados cacharros.

Todo es virtual


Todo se mueve a base de flashazos.
Mediáticas frases de victoria, que caducan con celeridad.
Starlettes que chirriarán tras el fogonazo.
Tropa de lumbreras, de zascandiles televisivos.
Somos las ruedas de molino con las que comulgamos.

domingo, 3 de junio de 2018

Marlene Dietrich


La luz cenital, esa que nos baña cayendo del cielo, de unas alturas que muy pocos son los llamados a habitar.
Piel de ángel, de camaleónica tersura, de subyugante finura.
Sólo la belleza nos hace principes, nos hace principales, nos yergue en los secarrales de la osada imperfección.
La luz delatora, que a la perfección acaricia y por ella se desliza, regando de caricia la piel de seda, del tildado por natura, con el brillo celeste de la estelaridad.
Primeros e insoportables primeros planos, planos cortísimos, que retratan cacarañas en los rostros con los que nadie sueña.
Primerísimos primeros planos, que sólo soportan las pieles de nácar de las reinas.
La luz regada desde el cielo produce el ensueño de nimbar divas con piel de angel, de nimbar la nivea suavidad del cordero que en la mirada tiene cautivo el fuego de la fiera. Bellas que trasciende el plano e infecta el alma del expectante, del indolente, que disfruta de la lluvia de luz que incendia la belleza felina de las grandes damas.

Siempre tras todo está el tiempo


Las palabras tienen su tiempo, nacen en las horas, en la acometida de furia del violento segundo.
Son palabras son tiempo, son palabras con su aire o son palabras agobiadas nacidas en abigarrados lechos.
Palabras atinadas, nacidas de las estrecheces o engendradas en las holguras.
La métrica del discurso y su contexto y su pretexto, sin todo eso, poco se entiende el sentido del pendón, que bravo ondea en la torre del solar o en la plaza de armas de la ciudadela.
Debemos rastrear el origen de la arenga, el primer precursor de la soflama, el beneficiario de la calumnia. Tras las palabras está el interés, está el humano y su corte de taras, miedos y defectos.
Las palabras son teselas, con su cromática y lugar, coordenadas precisas que si se alteran nos hablan con imprecisión.
Sólo el necio desordena textos, y lanzando los escritos es al viento y leyéndolos al voleo, cree entender o ajusta su mal entendimiento a las palabras alborotadas, que ordena, tras recogerlas del lodazal del suelo, con su burdo y atormentado ingenio.

sábado, 2 de junio de 2018

Abrazo mi cruz


Hay altos ideales por los que merece la pena morir.
Se arremolina el vil con los traidores, para ascender a un podium que la destreza le negó.
Señala la verdad al mentiroso, lo hiere trágicamente.
Merece la pena morir para regar el futuro de luz.
No es la tiniebla legado para la infancia que mañana construirá honradez.
El silencio es cómplice, callar alimenta ala fiera.
No he nacido para tapar embustes, para dar cancha al ladrón, para mirar a otro lado mientras se perpetran delitos.
No aplaudiré jamás a Eróstrato.
No temo a la abrupta verdad, a la verdad que te señala, porque todo en este baldío es cizaña.
Abrazo mi cruz, el árbol donde estuvo clavada la salvación del mundo.



Desnudas las frases graves


Brotan de mi boca miles de palabras, de pensamientos que verbalizo con mayor o menor tino.
Soy huracán de las altas horas. huracán de las horas bajas.
Hiel y miel, palabras de arena que laceran mi lengua.
Soy y no soy, soy fachada de gloria, bambalinas de miseria.
Brotan desnudas las frases graves, brotan vestidas las muy evanescentes.
Me distraigo para encontrarme, pienso para perderme.

viernes, 1 de junio de 2018

Rentabilizar la cólera


La cólera genera ingenio, pero el ingenio no sólo es cólera.
Somos el oleaje de nuestra furia, el tormento de nuestras derrotas.
Hacedores de cárceles, de prisiones de desaliento.
Respirar cólera nos libera, pero la liberación no sirve de nada, si no sirve para arar el futuro.

martes, 29 de mayo de 2018

María Dolores Pradera


Con tu fina estampa te vas al cielo, por el puente meloso de los recitados versos.
María Dolores Pradera, no es sólo voz, es empaque, clase, estelaridad. 
Preeminencia indiscutible, bello aire, tormento de poemas que brotaban de tu cárcel torácica, heridos por tu sensibilidad de Ángel.
Vivimos tiempos urgentes, más tú viviste con vaporosa calma, con el grácil contoneo de tu apostura sin estridencias. 
Suavidad con la justa furia, fuerza de seda.
Fina estampa de verbo claro, de mujer que ahora vive libre al margen del tiempo. 
Fina estampa de mujer desprendida a la que ya no le importa nada.
Porque puedes ya ahora, abrazar a tu madre, sin reclamar un rosario testigo del dolor que genera la ausencia y por el que tú, renunciaste a todo lo demás.
Las Grandes Divas nunca se desvanecen en la niebla, son faros que orientan, torres de celebridad erigidas con el tesón, con el trabajo de una clase innata, con la pulcritud de quien se sabe digno y no necesita aderezos estridentes para rendir en la soledad de la arida escena.
No te puedo decir, cuando vivas conmigo, porque conmigo ya vives, en esa eternidad que es la memoria, único tesoro que nos viste, cuando en el infinito de la celestialidad nos vuelve a abrazar nuestra madre.
Perder es triste, pero a ti nadie te ha perdido, sólo has finiquitado tu estancia en este mundo, después de dejar en él, la indeleble huella de tu grácil y exquisita fragancia.

domingo, 27 de mayo de 2018

Acantilados de umbría


Admiramos, con el ánimo de poseer, total o parcialmente.
Perseguimos, talentos que en nuestras manos no habitan.
Abandonamos, en los jardines oscuros, bajo mil capas de descompuesta hojarasca, la magia que nos regaló natura.
Deseamos, lo que no tenemos.
Denostamos, el color de nuestro silencio, la finura de nuestra risa, el óvalo de nuestro universo.
Porcelanas restañadas, porque no asumen su continente.
Admiramos, porque no asumimos la isla que habitamos y el perfil de sus costas.
Orografía genética, azar divino, acantilados de umbría.
Poseer nos distrae, acumular nos aliena.

Metralla es el aire


Ideas peregrinas en los días de tormenta.
Relámpagos que rompen la tiniebla.
Atronadora es la verdad, para las patibularias que tras los cristales hacen calceta.
Fingir es fortaleza, es el cuartel donde con la luz del farol, se trazan estrategias.
Emborrona el aire la lluvia, su fiereza, que rompe montañas y en el pedernal garabatea grietas.
Metralla es el aire que meteoriza proezas.