El mal agüero de estar a la sombra del ala de un cuervo negro.
Solo por no estar enlodado.
Por vivir en la planta noble.
Por caminar erguido.
Por no sentir miedo a tu aliento de azufre.
Solo eso, ignorarte, provoca la guerra.
Y se que ya has cogido hoces, garrotes, tijeras de podar, guadañas.
Se que soñáis matarme en las escaleras de ascenso a mi gloria.
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