Debilidades humanas que huyen del silencio.
Que escapan del tormento de la desnudez que es pensar.
Verse con los harapos que nadie ve.
Verse sin la careta del teatro, del agradar, del ansia de triunfar.
Uno intenta engañarse en los halagos del ruido del ascenso social.
En la esfera de los elegidos.
En los salones y en las fiestas.
Envolviendo en sedas y mil alhajas el silencio de la miseria.
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