No soporto al ignorante que da lecciones.
No soporto su discurso simple y de salvapatria.
No soporto su moralina y su pátina de progre.
Me enerva su vaciedad que vende como plenitud.
Me agota leer sus renglones de iletrado.
Me exaspera su fachada de mercadillo y carnes entrilladas.
Menos no es nunca más y harías muy bien en empezar a usar tres tallas más.
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