A veces los ojos miran demasiado lejos.
Y no ven lo que tienen al lado.
Viviendo en los reinos de ultramar.
Sin recibir ninguna correspondencia.
Sin palomas que me traigan besos.
Sin recibir contestación de mis palomas.
Me encierro entre cristales para que no me hostigue el viento.
El viento de la soledad de los mares.
De la soledad de unos ojos empeñados en mirar demasiado lejos.
Demasiado lejos esta lo que ya no volverá.
Y demasiado cerca quien como yo espera.
Que yo le quiera mirar.
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