Ya solo veo en tus ojo.
Solo a trasvés de ellos sé ver.
Nada en mi has saciado.
Me has rendido en el hambre.
En el indómito deseo de probar tu sabor.
Me has expulsado de mi casa.
Y súbdito tuyo te venero en el mezquino salario.
Que es prometer y nunca pagar.
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