La coraza del miedo, del miedo a perder.
Del miedo a que vean nuestro blando interior.
A que vean que somos vulnerables y en nuestras entrañas late un corazón indefenso.
Coraza que hace torpe el afecto, que hace torpe e insípido el amor.
Por un amor rendido y sin coraza, de puertas abiertas hasta el rincón más intimo del salón.
Amor de entrega y luz, donde sobre nada hay sombra, donde el defecto y falta también están a la luz.
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