Sombras pendientes.
Sombras dependientes.
Comparsa de mafias clientelares.
El cándido llevará las armas.
El cándido me embaucara con su dulzura.
Y rendido en su belleza.
Tras cerrar los ojos.
El infante aleccionado me diluirá.
Está el portón abierto de la ciudadela que no habéis construido.
Rendida en la caridad huérfana.
La disfrutareis sin saber el sudor que ha costado.
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