Es ridículo reprimir el talento para no chirriar.
Aun reprimiendo desajustas y estas doblemente insatisfecho.
Por no acomodarte, por no encontrar acomodo y por haber hecho el esfuerzo por no incomodar.
Siempre reprimiendo para no molestar.
Pero que poco reprimen los que no tienen talentos que reprimir.
Solo desafueros de envidia y exteriorización de una molestia contante hacia tu ser y pensar.
Chirría con alegría desde primera hora, pues el que este de odiarte, te va a odiar de igual modo y lo que tengas que atraer lo vas a atraer de igual manera.
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