Todo lo conocido se transformará.
Será abatido en la cacería voraz.
Se aireara la decepción pues no hay puertas en las ruinas.
No hay escoyos para el olvido.
Ni la epigrafía resistirá la metamorfosis.
Se marchitará en el estiércol la indecencia.
Se marchitará en el jarrón la decencia.
Diestras siniestras.
Siniestras diestras.
Dorados confines que corroe la lluvia de orín.
Ciegas inquietudes que nada sacian.
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