Todo se vulnera, se vulnera desde la cumbre y conociendo los entresijos por los que se hace gran daño.
Es estrepitoso el retorcer, cruel torsión de palabras que cimientan leyes, leyes para supeditar y rendir al llano.
Se despelleja a los corderos para dar ejemplo al rebaño.
Destellos de rubíes, que refulgen rojizos en los lomos injustamente azotados.
Espumajeo de bocas rabiosas que se aferran con uñas y dientes a los privilegios de vergüenza.
Palmea el corifeo de ovejas rendidas, saciadas con las sobras de las palaciegas mesas de manjares que se sirven en la cúspide.
Desgastada está la purpura de los manguitos de los gobernantes de tanto y tanto en el lodazal faenar.
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