Como puedes sentir amor, si sin fisuras al pueblo que quieres salvar lo llamas mediocre.
Son los que compiten por las primeras filas los enemigos peores.
Embaucadores travestidos de mediocridad que en la chanza te hablan llano.
Lenguaje de obligada zafiedad, para rendir al zafio.
Rendirlo y someterlo pero jamás redimirlo.
Porque el redimido piensa y el ser pensante y elevado ninguna pleitesía debe y solo jura vasallaje al altísimo.
Niebla para ocultar cumbres y hacer del montículo, la cúspide de la forzada cárcel donde vive el mediocre pueblo de llano.
Por sus lagunas les conoceréis.
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