Nada tengo que sembrar porque nada espero recoger.
Es síndrome de ermitaño, de soledad elegida.
Soledad que nada reclama, nada guarda y nada pide.
He preferido ser un muñón, un tronco desechado y sin afectos.
Sin vampiros seres que solo saber exigir y nada dar y entender.
Sin tesoros se es más libre.
Sin familia el futuro es una infinita soledad libérrima.
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