El hacedor está fuera del tiempo.
Está en los margenes del infierno de las estrellas rojas.
En los castillos de la parcela intocable.
Más allá del inmenso limbo.
Abarcamos tampoco, que tenemos que imaginar para poder abarcar y dormir.
Es tan pequeña nuestra parcela visible.
Es una mota de polvo en la insondable enormidad.
Es un acto de fe creer lo que ocurre y existe una vez cerrados los ojos.
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