Es la fe en el hundimiento la que crea tumultuosas mareas.
Es la sumisión a una soflama, al grito patriotero del último y ocurrente salvapatrias.
Busca el firme, la orilla con menos ruidos, el recodo menos concurrido.
En el suele estar el sabio, hablando a pocos, a los pocos que no se quieren hundir.
No se sale de la catástrofe sin padecer una estela de daños.
No esquives la verdad de los problemas, porque salir de un naufragio no es un camino de gloria.
No te arrimes a las palabras de miel, porque la miel atrae más moscas que la hiel de la verdad.
La verdad libera y guía, pero como verdad duele.
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