sábado, 8 de julio de 2017
Remedios Tomé
Remedios Tomé, era una iluminada, era una sensitiva, era una joven que vivía en el más allá de Arrianápolis, era una disputada médium que lo mismo leía manchas, que los posos del café, o tiraba los cauris o te predecía el futuro con su manoseado tarot. Remedios, hablaba desde muy chinija con los muertos y a través de los trances que la poseían, comunicaba a las familias las últimas voluntades del finado, así como los asuntos que habían dejado pendientes y les impedían descansar en paz.
Remedios, vivía en el Barrio intramuros de San José. Era el barrio de los pobres de siempre, el barrio donde vivía el servicio de los palacios y casonas de la ciudadela, donde vivían los de los oficios antiguos, antes de que el crecimiento desbordada los barrancos y crecieran los nuevos asentamientos de los arenales y de los huertos del oeste, donde hoy están los palacetes de los nuevos ricos y sus amplios jardines. Vivía en una casa de tres plantas, de la familia Cambrelen, vivía a cambio de leerles las humedades y el caliche del patio de la casona que tenían en la plaza de San Fermín, a través de esas humedades hablaba Águeda de Cambrelen, madre de Aurorita y Peregrina Lemos que no tomaban ninguna decisión sin oír por boca de Remedios, las órdenes de su madre desde el más allá.
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