viernes, 23 de noviembre de 2018

Olga Vir


Olga Vir, viuda de Moscardó, vivia la decrepitud como buenamente podía, mantenía su pompa acogiendo huéspedes en los cuatro cuartos de la planta segunda de su casa, gracias a esta transacción, ella podía seguir manteniendo el servicio de la casa y salvaba del declive el palacete familiar, única propiedad que no le vendió su difunto y fanfarrón marido.
Crescencio Vir León, fue el  más reputado farmacéutico de Cienfuegos, su farmacia era soberbia, de modernistas vitrinas de labrada caoba, repletas de albarelos de porcelana fina, con letras de oro; bergamota, cinabrio, mandragora, quina, beleño, cicuta, acibar.........
Farmacéutico cómo su padre, era el padre de Olga, Don Luis Vir Mesa, montó su farmacia en la calle Prelado Marchena, en el Barrio Nuevo, de estilo más pulcro y depurado, a la moda del momento, tras las grandes lunas de las vitrinas, los albarelos de transparente cristal y los fármacos elaborados con sus vistosos etiquetados. Olga creció siendo flor y nata de Cienfuegos, cursó los estudios dispuestos para una chica de su clase, y cuando tuvo la edad se la presentó en sociedad en el Casino Real, para que la pretendieran.

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