viernes, 29 de mayo de 2020

Mariela


Mariela, siempre buscó y encontró el placer en las barracas de la noche, en los cuartos donde vivían hacinados los negros de la hacienda de su padre. Desde pequeñita le gustaba refugiarse allí, a pesar de las broncas de su institutriz. Tenía querencia a aquellas manos enormes y negras, que no manchaban su cuerpo níveo e indómito. Le gustaba adentrarse en aquella penumbra de olor acre, penumbra de cuerpos que descansaban rozándose, pegados unos a otros en la oscura noche.
Mariela Albarran de Mendieta y Solorzano de Trevejo, era la única hija de aquel amañado casamiento, era la heredera de la hacienda y el título, de un linaje alambicado y esteril, de abortos, desamor y muertes prematuras. Marquesa de Peña Brava, Grande de España, y amante de recios negros.

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