la negrura de mis desvelos, 
traspiés que disipa el alba. 
La cólera me hace altivo
y la altivez 
genera en mi, 
soberbia.
Mis días son malgastada pólvora, 
ruido en medio del ruido, 
ruido ahogado por el estrepito.
Abrazos desesperados 
a un aire muy gélido.
Acarreo desdichas, 
porque Dios, 
ya no escucha mis plegarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario