lunes, 13 de abril de 2020
Culebrinos relámpagos
Los culebrinos relámpagos iluminan la cerrada noche, mientras mi mano garabatea infortunios.
En el silencio, perturbado por el retumbar distante, me zahiero hurgando en los recuerdos.
Si yo te hubiera amado antes, si mi necia ambición no me lo hubiera impedido.
En este valle de horas yermas, nada puedo hacer ya, salvo lamentar mi desafección.
Garabatea la Parca epitafios, jeroglíficos para iniciados.
Manos curtidas por el labriego mercar, manos vacías que no pueden acariciar.
Plata de días de plomos, de primavera sin espectadores.
Si te hubiera amado antes, yo no tendría esta desazón.
Náusea
Es complicado descansar encharcado de hastío, de náusea, con esta opresión en el pecho que me martiriza desde que comenzó este encierro.
No soy nada, no soy nadie, un grano de sal en este enorme lago de aguas quietas, aguas sin oleaje, aguas dulces, como los pecados que no cometo, como el almíbar de la privación.
Encuentro el placer, en prohibirme la furia del infierno, la torridez de sus llamas.
No soy nada, nada más que estrategia, alambicado y sublimado placer, placer colmado en mi insana obsesión por poseer. Miedo al vacío, a las barandas, al vértigo, a los enormes páramos, llanos e infinitos, sin árboles, arados y yermos.
No soy nadie, porque mi existencia ni siquiera está sujeta por hilos, está prendida por alfileres, las alfileres de acerico que es mi pecho.
Es complicado descansar mientras sé que me desangro, y tiñe mi bravura de rojo, las sábanas blancas de mi lecho.
No te temo hechicera con polisón de nardos, no te temo, sólo a mí corrección temo, a esa, que sabedora de que te espero, me niega la carne, me niega y me reniega vivir.
Mis padres
Uno, nunca debe olvidar de dónde viene.
Olvidar a nuestros mayores, los que nos dieron la vida, los que nos siguen dando.
El amor no entiende de edades.
Nadie nos puede privar de la vida por haber cumplido una edad.
No es justo, ni es de justicia racanear comprando gangas y consentir que está peste, mal gestionada por un atajo de INEPTOS, reyes del postureo y la demagogia, se lleve por delante a la generación que puso en pie nuestra transición y nuestra democracia.
SI A LA VIDA.
SI A LA VIDA SIEMPRE.
Si volviera a vivir
"Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes"
Antoine de Saint-Exupéry
Sentenciamos días vacíos con pacata frivolidad, cuando los días nunca vuelven y perder días es dejar escapar la felicidad. Me arrepiento de no haber salido corriendo tras de ti, aquel día de torrencial lluvia, de haberte dejado escapar, en lugar de haberme mojado contigo, para sentir tu calor de forma más intensa, empapado de aquella torrencial frialdad.
domingo, 12 de abril de 2020
Ígnea
La imperfección genera rareza. Y eso sólo soy, bella acumulación de taras, sublime rareza.
Cristalización magmática. Ígnea excelencia.
sábado, 11 de abril de 2020
La luz
La luz, es tan mordiente que nos desdibuja. Es el precio que se paga, por caminar hacia la luz.
La verdad nos hace libres, pero tambien nos hace blanco de las iras del inferior.
Nos devora la desidia, en este forzado confinamiento, extraña preñez que no sabemos qué nos deparará.
Sin la mano amiga.
Nadie guia nuestros pasos.
Labios negados por la distancia.
Crece la hierba en el campo y nadie la ve crecer.
miércoles, 8 de abril de 2020
Miércoles Santo
Miércoles Santo.
El color mitiga el dolor.
Ruido para tapar el llanto.
Resistir es acción, no chabacano grillerio para tapar miserables.
La realidad nunca es dulce.
Sólo el circo busca endulzar, la verdad que es cortante.
Sólo los Reyes
Sólo los Reyes están habituados a los encierros, en sus cárceles doradas, en sus cárceles de protección. Distantes y distintos, desde sus torres, vigilan a su pueblo, controlan sus afectos y su desafección. Sólo los Reyes, porque los profetas de la bulla y del circo, también pretenden distancias y pompa, pero no para regir, sino para ordeñar, con la teatral bagatela, con la cercanía distante, marcando altanera distancia. Falsos pastores, que los reconocerás porque plagian, porque se instalan en la frase de otro, y con los afeites dramáticos para tapar sus cacarañas, la espetarán en la más encopetada tribuna, con la alambicada retórica de quien persigue el barbasco.
Su preferido
Su preferido era, el infierno de lo
cotidiano, el infierno de los modales, de las frases convenientes empapadas de veneno y hiel.
Él, sabía lo que era agonizar entre cuatro paredes, rodeado de los que dicen quererte y que lo hacen todo por tu bien.
Su lugar preferido era el enorme ventanal y la luna de su espejo, era como estar fuera sin haber salido aún de aquella crisálida de martirios, en la que entró como bella mariposa y saldría como un amputado y estandarizado engendro.
El ventanal del vértigo invitaba a volar, pero el mundo nunca cambia, si uno se va.
martes, 7 de abril de 2020
Su preferido
Su preferido, su detestado, del amor al odio hay sólo un paso, vereda en la que no crece la hierba, de tan transitada por los pendulares estados de su alma, de sus apetitos. Richy, sabía sacarlo de quicio, sabía elevarlo a lo más sublime o dejarlo caer en los estados más agrios.
Era una cucharadita de dulce miel, que al tragarla se tornaba en salada y lacerante arena.
Amor de idas y venidas, porque Richy, era placer inconveniente. Horas de tedio, sublimes arremetidas y cotidiana vulgaridad. Era su preferido hoy, porque sabía que ya no lo sería mañana.
Su preferido
Su preferido STAR, ser de todo, menos común. Atesoraba errores como quien colecciona mecheros, fuegos que se habían desvanecido por su fiebre loca, por su infidelidad. "El destino es un monstruo, que se alimenta de tropiezos" repetía mientras se acicalaba ante el espejo. No era nada común, su pelo rubio y corto, su barba recia y negra, sus ojos verdes con muchísima sombra azul. Doce anillos en sus manos, doce apóstoles prestidigitadores, ademanes rapidisimos de verbo aún más rápido. Caro STAR, incomprendida moderna de cuerpo garabateado según los nuevos dictados del ser y padecer. Era un bombón, con olor a Gaultier.
Su preferido
Su preferido modo de actuar, era el de los fogonazos. Sus estelares apariciones, eran fósforos encendidos con inteligencia, en un océano de oscuridad.
Aquella noche fue así. El exquisito sastre, enfundaba un cuerpo que se resistía a envejecer, un cuerpo soberbio, cincelado con mil privaciones, con mil rutinas. Menos es más, decía Mies Van Der Rohe, máxima que él, tambien solía repetir. Aquella noche fue distante, pero a sus ojos les costaba cada vez más mentir. Cuando pasó a mi lado pude, aspirar su carísimo olor, sentir como su mano rozaba mi hombro y sus ojos de hielo suplicaban calor.
Su preferido
Su preferido era más suave, pero el vicio fuerza a apurar lo que se tiene a mano, sabores densos determinados por la urgencia.
En las redes somos tan cazadores, como presas, trofeos expuestos bajo engañosos prospectos de talentos y virtudes inexistentes.
No fue ni en su casa, ni en la suya, fue en una pensión de olor rancio, al lado de la plaza donde se citaron. Se reconocieron en seguida, ambos llevaban en sus manos un libro rojo. Samuel, a Ana Karenina, Luis, un libro de cuentas.
Su tabaco era áspero, pero tras el galope aspiró el mismo humo que él.
lunes, 6 de abril de 2020
Su favorito
Su favorito, era la esmeralda orlada de brillantes que le regaló Fréderick. El placer nunca casa con el interés, y ella sabía venderse muy bien y el placer se veía obligada a buscarlo fuera de aquel contrato que era casarse.
Siete divorcios, siete negocios, y continuaba buscando el placer en la soledad de sus joyas, en los espejos que le devolvían su imagen ricamente adornada.
Se colocó en el dedo corazón de su mano derecha la enorme esmeralda, y delante del enorme espejo, deslizó la enjoyada mano, bajo sus bragas.
Su preferido
Su preferido no era aquel color, ni mucho menos, le sentaba endiabladamente mal. Si hubiera sido gris; gris plomo, perla, pizarra, todos los grises, hasta llegar al negro, le sentaban bien.
Era la necesidad, la que la forzaba a abrazar aquel color, aquel horrible color. Ni los dorados botones estaban bien, todo el conjunto era tan pretencioso. No podía entender que tras aquel sastre, hubiera un prestigioso diseñador ¿Pero que tenía en la cabeza ese día para haber confeccionado algo así? Era tan paleto que no se veía con fuerzas, para soportarlo todas las horas de vuelo que trabajaría con él.
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