sábado, 24 de octubre de 2020

Intrascendencia


He bebido cinco cervezas, rodeado de la pertinente intrascendencia. No es fácil soportar las horas, que se hacen infinitas en los pueblos arrasados por el nuevo analfabetismo. Me siento solo, no me duele articularlo. Solamente me falta planear la última y fatal huida, el desesperado último viaje. No soy pesimista, siempre veo el vaso medio lleno, pero no se puede ver medio lleno, lo que está vacío.

lunes, 19 de octubre de 2020

Sueño



No sé interpretar mis sueños. 
No sé dominar el viento, 
que en el infierno de mis pesadillas, 
me lanza contra los escollos de tu desamor.
Espero en la puerta de la vigilia, 
como virgen necia, sin aceite y sin previsión.
Sueño desesperanzas, persigo una quimera.
Ruego a los cataclismos, 
que fulminen este duermevela de desazón.




sábado, 3 de octubre de 2020

Su sombra trajo el frío


Y las alas del otoño llegaron y se desplegaron sobre el valle, y su sombra trajo el frío, el viento que convierte las lágrimas es bella escarcha. 

Los príncipes nunca lloran, su ojos ya son de escarcha, de gélido azul. 

Mirame y dime, que no sientes su pérdida, que estas alas sólo traen tiniebla.

Si mi custodio quisiera disipar tormentos, si el batir de sus blancas alas, dispersara a los cuervos negros.

El musgos se despereza en la tapia del cementerio, y espera a los nuevos lutos, que se sumarán a los viejos. 



lunes, 28 de septiembre de 2020

Sigilo


El amor se encomienda al sigilo.

El sigilo busca la penumbra.

Busca la pasión, 

la mano que le proporciona caricias.

Somos fáciles, resortes muy fáciles,

que flotan o se hunden, 

a merced de un viento casi insignificante.

Busca la vida esquivar penurias. 

Busca el vivo,

 dormir sobre el tórrido amante.

Encuentra el que busca, 

abrazos fáciles.

Y se pierde en la selva, 

en la que todo distrae.

El amor mueve el mundo, 

y en ese movimiento de recodos, 

pierde, enreda y distrae.


jueves, 27 de agosto de 2020

lunes, 24 de agosto de 2020

Una piedra azul de Portugal


Pensamos neciamente,
que con el alcohol podemos apagar los incendios del alma.
Y no es así,
sólo avivanos más la pira del infierno,
que es sufrir porque alguien ya no nos ama.
Quiero una piedra azul de Portugal.
Quiero un beso de amante.
Quiero que un tizón de pasión
abrase mi frente.
Quiero la furia del viento,
de tu inflamado aliento,
tras el galopar demente
de tu irrefrenable sed de mi.
Quiero que me digan,
yo me muero
si te apartas tú de mi.

viernes, 21 de agosto de 2020

Agotador


Si morir fuera desvanecerse,
ya habría muerto.
Si morir fuera fácil,
ya estaría muerto.
Morir es avieso,
es difícil trance.
Morir sedado
en el postrimero momento
es fácil.
No es fácil morir,
para dejar de sufrir,
en plena y sublime floración.
Que no es morir,
sino dejar de vivir,
porque malvivir
sin ser amado
es agotador.

Muy poco espacio


Los Dioses guardan muy poco espacio para los mortales, para esa ralea que muere y se desvanece, para los insensatos que seguimos sus ingratos dictados, que no nos hacen felices.

Irsia Carolain Sprimbol

Estrella de nácar


Estrella de nácar,
déjame ser bueno.
Dejame dormir eternamente
sin sentir el dolor del olvido.

Si tu no suspiras por mi
qué sentido tiene que yo malviva.

Resuena en mi cabeza tu no
y sólo por no sentir,
ese tormento perenne,
ya no quiero seguir respirando
un aire que tu no exhalas.

Estrella de nácar,
niégame, el volverme a encontrar
con el artífice de mi locura.

Que hermoso es morirse siendo querido.
Que maldito es morir con una virginidad forzada
por el desprecio de un indecente
que no valora la furia que inflama las velas
de una nave que si no te siente
es sólo brava desdicha.

Me olvide de vivir


Fue el destino quien decidió que yo fuera distinto.
Fue el destino quien decidió que todo me atormentara.
Yo jamás elegí vivir para interferir en la trayectoria de las vidas de otros.
Viviré hasta que me muera con el tormento de acicalar trayectorias ajenas.
Viviré con el tormento de querer sin ser querido.
Viviré con la tormenta perenne
de empaparme con todas las desgracias ajenas.
Fue el destino el que me tildo
con la locura que es ver diablos,
zahínos seres que destrozan belleza,
Nunca fui yo, quien se allanó a esta cárcel
que es sentir la desgracia ajena.

Si resbalara


Si un rayo,
me llamara al Olimpo,
si resbalara en la nieve.
Si el destino destrozara,
mi cabeza.
Si el tormento de pensar,
se parara.


Mil vueltas


Yo antes por verte daba 100 vueltas
y hoy por no verte doy 400ª.
Sigo teniendo la mano
en la indómita bravura
que no calma la cordura
de mi pensamiento.
Desear es morir
en frases muy cortas,
muy, muy cortas,
en la falta de ingenio
que brida
desear sólo por fornicio,
por la brava locura
de la entrepierna.
Me puede, la niebla de la furia.
Me puede, el desorden de tu soberbia tersura.
Nada, ni nadie, puede con esta locura
que es dar 1000 vueltas
porque estoy perdido
en tu púbica  negrura.

Husmean



Husmean mis perros,
los olores extraños
que porta mi cuerpo
y que yo insensato arrastró
al lecho que comparto con ellos.

Lento


Por qué morir es tan lento.
Por qué vivir es tan angustiante.
No sé calmar la ira de mis infinitos días.
No sé rendir el desasosiego de este infierno de paz ficticia.
Cada vez sé menos,
cada vez me atormento más.
Días enormes de jornadas infinitas.
Pensar no tiene pausa.
Decir la verdad es un maldito defecto.
Encajo los golpes,
de esta suerte consentida.
De esta partida perdida,
porque no se dejar de amar.