jueves, 9 de abril de 2015

Confín sin gloria

Hieren las campanadas al alba, 
hieren de muerte el día, 
primavera de entierros, 
pueblo viejo que diezma el hastío.
No sabe vivir el que ha nacido muerto.
Entre verde y plomo transcurren los fines,
en este confín sin gloria,
que la mano diestra ni riega, ni abona.

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