Enturbia el valle la fina lluvia.
Los atronadores relámpagos de la calumnia.
Sin cimientos soporta el llano el agua que lame el débil barro.
Como llegó se fue, se perdió el tesón.
Todo es silueta, no hay tiempo para el detalle.
En las mudanzas sólo se leen las lineas importantes.
Pero quien decide la importancia tiene las llaves.
Las llaves del limo, del aluvión del futuro.
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