De vicio y sombra.
De pantanos y pandemias.
Localizado el foco que poco se ataca la plaga.
Perdidos en las filias.
Perdidos en las fobias.
La peste atemoriza y avanza.
Es la indolencia la que estanca las aguas.
Es en las aguas estancadas donde se producen los mortíferos miasmas.
Por no mirar, nada deja de existir.
Cerrar los ojos envalentona el caldo.
Alevines forzados a estar, a incubar el letal terror.
Alevines listos para al resto del mundo, en riada de lobos solitarios, atemorizar.
Seduce el vicio más que el camino recto.
Es el recto el blanco perfecto del que tiene inoculado el alienador vicio.
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