Que frecuente es que el cobarde se ampare en el general, que diluya la culpa diciéndote, es lo que dicen de ti, ellos te llaman así, y en la corriente de la mofa dice defenderte soltando todos los crudos improperios, que con gran talento de víbora a memorizado.
Exquisita valentía para parapetado en el zafio castillo de las frases de otros, sacar toda la miseria de las miles de bocas que sin color, partido, credo o estamento piensan pero no articulan.
Pero el no denuncia nombrando el exabrupto del particular con su nombre, credo e ideología. No, no lo hace y solo habla del montón sin nombre, al que todo se le puede encasquetar, porque el montón no se defiende, porque el montón es un indolente e insensible mar.
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