lunes, 11 de enero de 2021

Gemidos diligentes




Si se desencadenara 
la tormenta 
que ansían mis brazos 
sería feliz.
Es tormento la soledad, 
no tener un hombro amante, 
unos brazos envolvente, 
un corazón que crepita desbocado, 
unos labios suaves que balbucean gemidos diligentes. 
Quisiera oír: 
TE QUERRÉ SIEMPRE.

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