Me cubriré con el rojo de las amapolas.
Con la vida del latido febril.
Entre acantos y lirios del campo.
Gritaré en silencio con reglones desasosiego.
Sangre de desesperanza entre nubes verano.
Me sacio frugalmente en este epilogo en el que ya no nacen ángeles.
Necesitar poco es construir una larga existencia.
Mi presente es hambre y mi futuro infinita necesidad.
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