Giros demasiado rápidos que nos centrifugan la vida.
Es la intensidad de los impacientes.
Fogonazos de vidas de Gloria urgente.
No es dorada la muerte.
Pero los cometas no piensan en la muerte.
Giros demasiado rápidos de un reloj que decide que su tiempo es ese.
Rápido y joven.
Bello y efímero.
Y un día sin más la obsolescencia programada llega.
Pero llega sin sorpresas, porque esa luz la estaba esperando.
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