viernes, 18 de enero de 2019

Glorias etílicas


La lujuria no está en la belleza, con demasiada frecuencia habita en las cuadras.
Habita en las calles de sombra, en el discreto paraje sin luz.
No es relamida el hambre, el hambre que busca calmar el furor de entrepierna.
La vida no es alambicada, es meridiana y somera, es vulgar e indecente.
Todo vale en el sórdido prostíbulo que es no controlar, no sublimar, no sobrevolar la rasa inmundicia.
La belleza es efímera, es maldita, es esclavizante.
El vicio no busca belleza, sólo busca inclemente y momentánea satisfacción.
Días de glorias etílicas, de lodo y barro.
Fornicio que mueve el mundo, el mundo vil y sin salvación.
Carambolas de raquítico placer, de cubiletes que agitan dados malditos, que siempre nos hacen perder.

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