martes, 30 de julio de 2019

El teatro de la perfección


No somos compartimentos estancos, no somos cajones cerrados.
Nuestro pensamiento es abierto, enmarañado, frágil.
Somos contradictorios, somos alambicados, meandrinosos.
En nuestra mente se mezclan las filias y las fobias, el credo y la lógica.
Amores y odios que conviven, deseos y frustraciones que se trenzan.
Amarrados a un acontecer que ni abrazamos, ni dominamos.
Somos natura, pero también tesón.
Parcelas de cautelas, acastilladas, con enormes fosos.
Pero a la vez jardín abierto, huerto, puerta rendida que conduce al corazón.
Somos débiles, dependientes, guerreros de impostada valentía.
Somos mucho y muy poco.
Somos tiempo tasado, somos tiempo para correr tras las metas.
Somos metas que saben a infierno.
Somos derrotas que traen la calma.
Todo liado, todo amontonado sin perderse.
Lo malo al lado de lo bueno, lo rastrero al ladito de lo sublime.
Imperfectos que juegan al teatro de la perfección.
Somos falaz impresión.

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