lunes, 11 de enero de 2021

Gemidos diligentes




Si se desencadenara 
la tormenta 
que ansían mis brazos 
sería feliz.
Es tormento la soledad, 
no tener un hombro amante, 
unos brazos envolvente, 
un corazón que crepita desbocado, 
unos labios suaves que balbucean gemidos diligentes. 
Quisiera oír: 
TE QUERRÉ SIEMPRE.

domingo, 10 de enero de 2021

Como manto negro de Parca



Y llegó la noche cerrada 
sin titilar de estrellas,
como manto negro de Parca.
La luna se ha escondido 
en la oscura borrasca.
Y el frío que me entumece 
no puede ni saludarla.
Maúlla la gata encelo 
desesperada en la escarcha.
Y mis tres fieles centinelas, 
corretean en las tinieblas, 
pensando que pueden pillarla. 
Me recorre culebrina la desdicha, 
en esta noche tan parca.

Blogs abandonados y a la deriva


Entrar en algunos blogs, es como entrar en un barco pirata, repleto de tesoros, que surca los mares virtuales, sin que ya nadie lo guie y capitanee. Son barcos fantasmas en los que te adentras recorriendo con minuciosidad todas sus cámaras y recamaras. Camarotes en los que con urgencia heredipeta abres cajones y buscas febrilmente las alhajas. Y ebrio en esa soledad en la que husmeas las pertenencias del otro y te apropias y empapas de su ignota valía, te sientes rey de ese navío que surca los mares. Navío en el que hace mucho tiempo su desaparecido capitán ya nada escribe en el cuaderno de bitácora. Y con loco empeño buscas saber de ese 89 % de iceberg a la deriva que no ves, de esa enorme isla de soledad que como paraíso abandonado recoge náufragos como tú. Buscas saber el porqué de ese 11% que emerge y en el que tu te reconfortas y guareces. Este navío es una isla como tú y eso te hace sentir menos solo, menos vulnerable.

Mis dedos torpes


Están torpes mis dedos,
caminan lentos.
Y las letras no desfilan marciales 
y se alborotan mis pensamientos.
Entumecido estoy, 
cautivo de una escarcha 
que todo lo coloniza.
Frías palabras de frío invierno.
Es mi afán por retratar 
cotidianos instantes,
ráfagas de volátiles pensamientos,
es mi afán el que me fuerza 
a a organizar este desfice 
de marcialidad incierta.
Se despereza el sol, 
que aún no calienta, 
resquebrajado por las siluetas negras 
de los desnudos robles 
de esta mañana de torpezas.




sábado, 9 de enero de 2021

Costas romas


Lacera la arena mi brío 
y su sal me desbrava.
Soy ya costa roma, 
en mis playas ya nada encalla.
Ni piratas, 
ni arrogantes capitanes 
de navíos belicosos.
Ni se escuchan ya 
los sirénidos cantos 
que hacían enloquecer a los marineros.
Sin filo y sin poder, 
sin puerto, ni bahía.
Casa sin abierta 
que ya sólo aire 
y olvido encierra.

Alturas


No soy de saltos mortales.
Soy de peldaños, 
no soy de metas gélidas y altivas.
Soy de pasos pequeños sin gloria.
No habita mi ansia en las estrellas.
Si la cumbre me llegara, 
me llegará tras cruzar el llano.
No persigo la meta que se pierde en las alturas 
y es difícil de ver.


Filomena, la muy amada


Casi nieva en mis manos.
Casi cuaja la blancura 
en mis curtidas palmas.
Queriendo apresar 
la delicadeza de los cristales 
que caen del cielo, 
he tropezado.
Cuando uno mira
 muy alto y se embelesa 
con lo níveo, 
pierde el paso.
Casi nieva en mi patio, 
en esa minúscula parcela 
de mundo que me pertenece, 
que creo que es mía.
Casi siento 
el gélido dulzor 
de las estrellas heladas 
que esta borrasca 
de nombre bellísimo 
nos regala.
Filomena, 
la muy amada, 
nos trajo la escarcha, 
nos trajo la blancura 
que desdibuja 
la maldad del valle.

jueves, 7 de enero de 2021

Bruma d´ Evildoers


Ella nunca supo entender la fascinación de algunos clientes con sus pies. Bruma, siempre se considero una mujer de mirada glacial, con una mirada de un azul clarísimo, con un elegante toque de estrabismo convergente. Una mujer, que incluso sabia del magnetismo de sus grandes pechos, y de esa primaria atracción de muchos hombre mal destetados, por chupárselos.
Bruma d´ Evildoers, como se hacia llamar en el ambiente del Gran Bulevar, nunca pensó que su baza más rentable terminara siendo sus pies.

martes, 5 de enero de 2021

Mirra


Me mece 
el frío aire 
de esta noche de Reyes.
Me agarrota 
la perdida inocencia.
Que horizonte tan bello 
es el del infante.
Tengo el rostro arañado 
por las zarzas de los años.
Tengo las manos heridas 
por las zarpas del tiempo.
Busco la ingenuidad 
bajo mis mil pieles.
La busco 
y poco encuentro.
Es irrecuperable 
la frescura, 
la dicha primigenia.
Siento un escalofrío, 
al toparme con los recuerdos pueriles, 
con su muesca en mi alma.
Me mece 
el aire frío 
de esta noche mágica.
Noche de mirra, 
en la que presiento 
a las guadañadoras Parcas.
Mirra para el infante 
que se ha perdido 
bajo la invernal hojarasca.  

viernes, 1 de enero de 2021

Brumas de invierno


Uno hiede 
a los jergones 
en los que se revuelca.
Se impregna el alma 
de la miseria abyecta 
de los cuerpos 
con los que uno yace.
Muere la virginidad
en los brazos
de los sapos
que nunca serán príncipes.
Nos atropellan las caricias.
El manoseo maltrata y rae 
el oropel de la tersura.
Surcos en los que 
se deposita el polvo.
Brumas de invierno 
que orinan lo cándido y bello.

jueves, 31 de diciembre de 2020

2021

 


Feliz Año Nuevo



Tengo la mano sobre el suave lomo de mi gato, me reconforta su dorada felinidad.
Mañanas de frío, donde el calor te lo proporciona el próximo.
Me rodea la menguada tropa de mis afectos, su insistente interés por algún agasajo.
Amores cálidos que cuestan muy barato, que poco piden y mucho me dan.
Despertar de apagados trinos y nieblas a lo lejos.
Muere el año, el año del encierro, de las distancias, del miedo.
Muere con la sensación de que somos frágiles llamas amenazadas por la marea de zánganos, por la falta de pericia de los capitanes que no supieron preservarnos de las infectas corrientes, del viento de escarcha, que lleno de cruces de un día para otro el Camposanto.
Adiós al infierno, que en esta mañana de gélido invierno, descorre el telón del año nuevo e incierto.  


miércoles, 30 de diciembre de 2020

Mudar


Mudamos nosotros y muda el placer.
Todo fluye y en ese fluir el cortante placer se hace romo.
Varían los disfrutes, apaciguados por la perdida de brío.
Robles sin follaje, en los que ya no anida el amor.
Almíbar insípido, proezas sin gloria.
Ya nada eriza mi piel. 
Y el temor que gravita sobre todo y siempre, me impide correr fútiles riesgos.
Acastillada es la calma, cuartel sin sorpresas.
Nada busco, nada encuentro, nada ya a mi cansado corazón le sobresalta.



martes, 29 de diciembre de 2020

domingo, 27 de diciembre de 2020

Jugar


Siempre odie jugar al ajedrez, aunque me enseñaron esa estrategia desde bien pequeño.
Con demasiada frecuencia es más útil lo que detestamos que lo que amamos y eso me ha pasado a mí con el ajedrez.
La vida es una partida y vencer a tu enemigo es desplegar una paciente estrategia. Y eso hago hoy, jugar con las destrezas inculcadas, con la fuerza que me da mi Dios, con la perseverancia que me da defender la verdad.
Siempre he odiado jugar, pero en esta partida que es la vida, juego, con la bravura que me da mi estirpe, y las habilidades que me inculcó mi familia.
Ganar es cuestión de tiempo, la victoria es tesón y paciencia.