Es todo un lodazal.
Se dan aire los ladrones mamporreros.
Caminan con la cabeza muy alta.
Se sientan tiesos en las primeras filas.
Aturden con sus palabras de pueblo corto.
Que salen enlodadas con el tufo de la última polla.
Todo vale para medrar.
Incluso el hacer del comer nabos el más exquisito y lucrativo manjar.
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