En el monte no tengo nombre pero las fieras me conocen por mi olor.
Me conocen y respetan.
Tengo el respeto de la naturaleza salvaje.
El respeto que el civilizado nunca me dio.
Huelo a monte.
Huelo a mi.
Huelo sin mentir.
Mi olor es claro.
Porque con nada camuflo ni mi bien o mal oler.
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