Nada se desdibuja el horizonte.
No emborrona el cielo ni una solo nube.
Día de claridad y gloria.
De esperanzas puestas en que algo bueno este día traerá.
Gorriones y más gorriones llenan esperando su comida el emparrado.
A todos alimento, viéndolos alimentados yo me doy por pleno y saciado.
Que bella es la vida, que bello es cuidarla.
Es tan fácil crear un pequeño vergel.
Un remanso minúsculo de paz.
Si pudiera mi mano extender este estanque de amor.
A las fincas aledañas, a los pueblos aledaños.
Llevaría en mis pequeñas manos.
Pequeños puñados de lo que los habitantes de las tierras necesitaran para ser felices.
Para hacer de su entorno un vergel.
Unos tienen tanto, unos derrochan tanto.
Unos tienen tan poco, unos serian felices con solo un poco.
Pequeños puñados de niño que sabe que si quisiera con sus manos y viaje a viaje podría cambiar de sitio el mar.
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