jueves, 31 de diciembre de 2020
Feliz Año Nuevo
miércoles, 30 de diciembre de 2020
Mudar
domingo, 27 de diciembre de 2020
Jugar
Ramas
viernes, 25 de diciembre de 2020
Patria
Ya no reinan las nieblas en el valle, ya sólo reina el frío, escarcha que entumece las palabras y que nos fuerza al encierro.
Tegucigalpa, "La casa de la Aurora"
Es el lugar donde está la casa de la Aurora, pero no de la Aurora del amanecer, sino de la Aurora carnal, por la que perdió el norte un señero capitán.
miércoles, 23 de diciembre de 2020
Niebla
lunes, 21 de diciembre de 2020
Aprisco de nubes rasantes
lunes, 14 de diciembre de 2020
Sentir imbricado
sábado, 5 de diciembre de 2020
jueves, 3 de diciembre de 2020
Sobre tu tersura
Si el bravo mar quisiera
martes, 1 de diciembre de 2020
En las faldas
domingo, 29 de noviembre de 2020
Coraza
Es esclarecedora la escarcha, los días fríos sin nadie, el desierto de caricias, el maldito y desolador tiempo de ensimismamiento.
jueves, 26 de noviembre de 2020
Papel pautado
martes, 24 de noviembre de 2020
La lluvia
jueves, 19 de noviembre de 2020
Predios regados de sal
miércoles, 11 de noviembre de 2020
viernes, 30 de octubre de 2020
Tonino de Haro
Me cimbrea la codicia cuando la veo pavonearse por la Calle Ancha, cuando encaramada sobre sus finos tacones vuela libre, con esa libertad que yo mil veces he soñado y nunca he sido capaz de poner en pie.
Me mata su almizclado olor, el olor a su madre, ese olor fuerte, a hembra recia e incansable. La Rubia, siempre se puso las habladurías por montera, siempre salió a la calle fresca y provocativa, diciendo sin decirlo:
Aquiescencia
lunes, 26 de octubre de 2020
Orejas de asno tengo
Amputa la pereza,
sábado, 24 de octubre de 2020
Intrascendencia
He bebido cinco cervezas, rodeado de la pertinente intrascendencia. No es fácil soportar las horas, que se hacen infinitas en los pueblos arrasados por el nuevo analfabetismo. Me siento solo, no me duele articularlo. Solamente me falta planear la última y fatal huida, el desesperado último viaje. No soy pesimista, siempre veo el vaso medio lleno, pero no se puede ver medio lleno, lo que está vacío.
lunes, 19 de octubre de 2020
Sueño
No sé interpretar mis sueños.
sábado, 3 de octubre de 2020
Su sombra trajo el frío
Y las alas del otoño llegaron y se desplegaron sobre el valle, y su sombra trajo el frío, el viento que convierte las lágrimas es bella escarcha.
Los príncipes nunca lloran, su ojos ya son de escarcha, de gélido azul.
Mirame y dime, que no sientes su pérdida, que estas alas sólo traen tiniebla.
Si mi custodio quisiera disipar tormentos, si el batir de sus blancas alas, dispersara a los cuervos negros.
El musgos se despereza en la tapia del cementerio, y espera a los nuevos lutos, que se sumarán a los viejos.
lunes, 28 de septiembre de 2020
Sigilo
El amor se encomienda al sigilo.
El sigilo busca la penumbra.
Busca la pasión,
la mano que le proporciona caricias.
Somos fáciles, resortes muy fáciles,
que flotan o se hunden,
a merced de un viento casi insignificante.
Busca la vida esquivar penurias.
Busca el vivo,
dormir sobre el tórrido amante.
Encuentra el que busca,
abrazos fáciles.
Y se pierde en la selva,
en la que todo distrae.
El amor mueve el mundo,
y en ese movimiento de recodos,
pierde, enreda y distrae.
viernes, 11 de septiembre de 2020
jueves, 27 de agosto de 2020
lunes, 24 de agosto de 2020
Una piedra azul de Portugal
Pensamos neciamente,
que con el alcohol podemos apagar los incendios del alma.
Y no es así,
sólo avivanos más la pira del infierno,
que es sufrir porque alguien ya no nos ama.
Quiero una piedra azul de Portugal.
Quiero un beso de amante.
Quiero que un tizón de pasión
abrase mi frente.
Quiero la furia del viento,
de tu inflamado aliento,
tras el galopar demente
de tu irrefrenable sed de mi.
Quiero que me digan,
yo me muero
si te apartas tú de mi.
viernes, 21 de agosto de 2020
Agotador
Si morir fuera desvanecerse,
ya habría muerto.
Si morir fuera fácil,
ya estaría muerto.
Morir es avieso,
es difícil trance.
Morir sedado
en el postrimero momento
es fácil.
No es fácil morir,
para dejar de sufrir,
en plena y sublime floración.
Que no es morir,
sino dejar de vivir,
porque malvivir
sin ser amado
es agotador.
Muy poco espacio
Los Dioses guardan muy poco espacio para los mortales, para esa ralea que muere y se desvanece, para los insensatos que seguimos sus ingratos dictados, que no nos hacen felices.
Irsia Carolain Sprimbol
Estrella de nácar
Estrella de nácar,
déjame ser bueno.
Dejame dormir eternamente
sin sentir el dolor del olvido.
Si tu no suspiras por mi
qué sentido tiene que yo malviva.
Resuena en mi cabeza tu no
y sólo por no sentir,
ese tormento perenne,
ya no quiero seguir respirando
un aire que tu no exhalas.
Estrella de nácar,
niégame, el volverme a encontrar
con el artífice de mi locura.
Que hermoso es morirse siendo querido.
Que maldito es morir con una virginidad forzada
por el desprecio de un indecente
que no valora la furia que inflama las velas
de una nave que si no te siente
es sólo brava desdicha.
Me olvide de vivir
Fue el destino quien decidió que yo fuera distinto.
Fue el destino quien decidió que todo me atormentara.
Yo jamás elegí vivir para interferir en la trayectoria de las vidas de otros.
Viviré hasta que me muera con el tormento de acicalar trayectorias ajenas.
Viviré con el tormento de querer sin ser querido.
Viviré con la tormenta perenne
de empaparme con todas las desgracias ajenas.
Fue el destino el que me tildo
con la locura que es ver diablos,
zahínos seres que destrozan belleza,
Nunca fui yo, quien se allanó a esta cárcel
que es sentir la desgracia ajena.
Si resbalara
Si un rayo,
me llamara al Olimpo,
si resbalara en la nieve.
Si el destino destrozara,
mi cabeza.
Si el tormento de pensar,
se parara.
Mil vueltas
Yo antes por verte daba 100 vueltas
y hoy por no verte doy 400ª.
Sigo teniendo la mano
en la indómita bravura
que no calma la cordura
de mi pensamiento.
Desear es morir
en frases muy cortas,
muy, muy cortas,
en la falta de ingenio
que brida
desear sólo por fornicio,
por la brava locura
de la entrepierna.
Me puede, la niebla de la furia.
Me puede, el desorden de tu soberbia tersura.
Nada, ni nadie, puede con esta locura
que es dar 1000 vueltas
porque estoy perdido
en tu púbica negrura.
Husmean
Husmean mis perros,
los olores extraños
que porta mi cuerpo
y que yo insensato arrastró
al lecho que comparto con ellos.
Lento
Por qué morir es tan lento.
Por qué vivir es tan angustiante.
No sé calmar la ira de mis infinitos días.
No sé rendir el desasosiego de este infierno de paz ficticia.
Cada vez sé menos,
cada vez me atormento más.
Días enormes de jornadas infinitas.
Pensar no tiene pausa.
Decir la verdad es un maldito defecto.
Encajo los golpes,
de esta suerte consentida.
De esta partida perdida,
porque no se dejar de amar.
miércoles, 19 de agosto de 2020
Dipsomanía
Yo temo a muy pocas cosas.
Pero si realmente temo a algo,
es a abandonarme a la suerte del áspero trago.
Rendirme al dulzor maldito del alcohol,
a ese remostoso almíbar que todo lo puede
y que hace, que todo lo tragues.
Soy devaneo perenne.
Soy barullo.
Soy insomne perturbado,
que todo lo disecciona y analiza.
Oda a la muerte de Míster Henry Purcell
Me emborracha la perniciosa música,
de la Oda a la muerte de Míster Henry Purcell.
Deseo morir,
eligiendo el escenario,
la partitura,
el ritmo.
La ira no habita en los días fáciles.
Sobrevivir es proeza de necio.
Medimos el tiempo con parámetros yermos.
Sólo la bruma del imaginado incienso,
calma la desdicha de mis pensamientos.
Morir es simple,
pero morir sin surco,
no tiene mérito.
Corcel
Busco ser odiado,
como quien busca un tesoro.
Busco la fatalidad de la envidia.
Busco la mirada aviesa del mediocre,
y retratar su supina vulgaridad
sin articular palabra.
Parco y excelso,
sencillo y aparatoso.
Son ruina altiva
que aún sepultada codiciarán.
Muero a solas
en los días enormes,
en los soles abrasadores
de los agostos de títeres.
Soy cancer en el tuétano de la mentira.
Soy incómoda china
en el caminar erguido y acicalado de la calumnia.
Soy lagrima perenne en la mirada desolada,
lagrima que la brisa evapora y nadie ve.
El infierno,
habita en la caricia del próximo,
en el zarpazo del afecto,
en el castrante deber.
No hay peor cadena,
que la de la sangre,
el vínculo horrible que es amar.
Exhalar bruma
Me encanta la bruma.
Ese filtro natural que hace menos abrupta la realidad.
Que suaviza el filo de la cortante y miserable realidad.
No soy tibio, manso cabestro.
No sé ahormarme a este zahino mundo.
Soy Can Cerbero sin laguna Estigia.
Soy insolente soldado de la verdad, sin filtros, sin tamices.
Soy narcisista perverso.
Soy fatalidad, mi fatalidad.
Me encanta la bruma.
Esa niebla que almibara miserias, que endulza amarguras.
Me encanta la bruma que exhalan mis pulmones.
lunes, 17 de agosto de 2020
Ya
de dar nuevas oportunidades.
Tiempo, de enterrar el miedo.
Tiempo, de desterrar el luto.
De dejar pasar al que la fortuna nos desvelará
como fiel,
o como nuevo traidor.
viernes, 14 de agosto de 2020
Medea del Monte Hermoso
Medea del Monte Olimpo.
De los pájaros ojos libadores de intimas caricias.
Medea del Monte Hermoso.
De las torres altivas que vigilan el llano.
De las manos llenas de hilos de oro.
Dama de los peces que veloces surcan nacarados mares.
Nieta de Helios.
Embaucadora de serpientes.
Nieta de los rayos multicolores del talento.
Nieta del Sol.
Y de las potencias, que fulgurantes coronan tu testa.
Hechicera de las brumas.
De los castillos roqueños,
de la cárcel de los anhelos.
Del polvo abrasador,
que se agarra a la garganta del soldado necio.
Bruja lunática y alunada.
Sibila de los reflejos y el volátil fuego.
Víctima de un hechizo,
del hechizo que es tener como faro a Jasón.
Mar de sargazos.
Azogada estrella,
de fatídico destino.
Mártir sin tregua,
nimbada de estrategia.
Calculadora y bella.
No hay guerra que no avive tu colosal ingenio.
Te apiadaste de Jasón.
De su insigne torso.
De su fornido brío.
Del poder hercúleo
que tú, multiplicaste en él,
con tus maleficios.
Tu araste en él,
con la clarividencia,
de tu herido tesón,
del borbotón carmesí de la lanzada de la pasión.
del nido de viboras que dominaban tu pecho.
Te conmovió la Isla de los Pájaros,
el flanco vulnerable que atiende afectos,
sino exclusivo de excelsos y magnánimos.
Cornada de toro manso.
de corniveleta lid,
Medea, te asaeteó Eros,
y con el arrojo que da la niebla de amar,
burlaste a la serpiente que jamás duerme,
porque la pasión nunca descansa y es también insonne,
construyendo para el amado,
mil puentes.
Sin ti los argonautas jamás hubieran sorteado el abismo.
Monte de dichas y desdichas,
de lágrimas fértiles,
de espinosos chaparros,
donde anida la alondra de tu bajo vientre.
Las alas de zarzas que te dio el río del destino
sólo te permitieron volar rasante.
No es somero el surco del arado de los bueyes de fuego,
que Jason,
domino con tu destreza de tu alta cuna,
con el poder de tu calentura.
No es somero el lago negro de tu desdicha,
donde los rojos corales pierden su ira.
Hechicera del Monte Hermoso,
de las cimas de la gloria,
del inframundo y la pena,
del enredo y la puñalada de próximo,
clavada de forma certera, precisa,
como mortal y quirúrgico estilete..
Víctima de la vendetta y la calumnia,
de los pueblos patrios,
de las patrias nuevas,
de una parentela con ansia de corona,
de unas coronas que niegan y reniegan
coronar la altivez de tu magnífica testa.
Delfos y su oráculo te abandonaron
a la suerte de la perniciosa patraña.
Reina, cómplice de las muertes de tu sangre,
de tu traidor hermano,
que quería truncar tu esforzada mala fortuna.
Tu espejo se quebró, en el poderoso tálamo.
Lecho,
Vellocino de Oro,
en el que entregastes tu doncellez,
a quien hizo bramar el león tu henchido pecho.
Latidos purpúreos de terso desvelo.
Red de promesas negras,
velo de negro luto.
Por amor desangrante a Talos.
Sólo por amor.
Por amor abrasaste a Creúsa
y a su devoto padre.
Pira de fatalidad que quebró la antracita de tus ojos de fuego.
Nada más que por amar.
Sólo por amor inmolastes a tus hijos.
al fruto de tu vientre,
a los vástagos de tus entrañas,
del almíbar de tu entrepierna,
ese que un día idolatro Jasón.
Inmolaste lo que él, más amaba.
Sacrificaste su descendencia.
Por la jerarquía que impone
el aguijón del ingrato amado,
el guerrero que incumple promesas.
Por amor te condenaste.
Por necio y ciego amor.
Porque el amor,
hizo añicos, tu poder y autosuficiencia.
La primacía de tu linaje y tu clarividencia.
Y huyendo de las piedras,
las que lanzaban manos viles,
las manos serviles azuzadas por la rastrera envidia.
Las serpientes aladas te llevaron por los aires,
herida de celos,
para salvarte.
Fue el Sol,
del que eres nieta,
quién puso su mano delante de tu amante pulso,
delante de ese amor profundo y traicionado,
que colmó las velas de tu navi para surcar los mares y tu
errar sangriento por mil lugares.
desterrada y acogida
con alaracas y estrépito,
con zahinidad y saña.
Y tu paz llegó,
tras abrazar en los Campos Elíseos,
rodeada de hipocampos y libérrimos carneros,
la inmensa y oceánica eternidad.
Medea del Monte Hermoso,
madre de Medo,
Reina de Atenas,
Reina huida,
encantadora de aspid,
que sólo al morir,
logró el sosiego,
la tranquilidad que le negó el ciego arquero,
que no le menguó con su dardo,
ni un ápice de su inconmensurable bravura.
Del Monte Hermoso y la tierra yerma donde vive el dragón de siete cabezas.
martes, 11 de agosto de 2020
Tiempo de miradas
de ojos delatores
que en el ruedo de nuestro rostro,
se quedan solos,
toreando una vida
que hoy,
nos es adversa.
lunes, 10 de agosto de 2020
miércoles, 5 de agosto de 2020
Centellas
sábado, 1 de agosto de 2020
Ni el cerrado valle
viernes, 31 de julio de 2020
Si desterráramos
lunes, 27 de julio de 2020
Ebúrneo
sábado, 25 de julio de 2020
La trayectoria esquiva
La trayectoria esquiva de las miradas.
Evitamos ser interceptados,
evitamos interceptar.
Cruzar nuestro delator e iridiscente iris,
con el loco objeto de nuestra pulsión.
Guerras perdidas, por falta de oficio.
Guerras perdidas, por el calor.
Guerras perdidas, por no controlar el ángulo
con el que dispara nuestra pasión.
Mirar de frente, es perder la guerra.
Enfrentar la flama, es perder amor.
Metralla en las alas de la mariposa,
rendida mirada, que vuela encarcelada
esquivando en el vértigo la hecatombe de la colisión.
Dardo que incendia el rubor.