Domado y comportándome según precepto e instrucción, pero sin mover un ápice mi primigenio fin.
Te desmontaré cuando menos te lo esperes, en el mas rápido de los galopes, con el mayor de los estrépitos, con el mayor impacto y buscando tu mayor daño.
Rendido pero no vencido, claudicado pero no anulado.
Espero y ruego el momento en el que dejarte postrado por eternidad de eternidades.
En la larga espera crecerá la fiera subyugada, la fiera que te servirá la cena helada, como corresponde al rango de tu barbarie.
"Finjo pero no olvido" es el lema de mi apellido y casa.
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