jueves, 27 de septiembre de 2012

Obsolescentes

Quien nos ha nombrado dueños de este mundo.
Quien nos ha dado la potestad de decidir los designios de especies, el curso de los ríos, poder para modelar y torturar el litoral, autoridad para descarnar las entrañas de la tierra y emponzoñarlas de dañinos residuos.
Quienes somos para asolar imponentes bosques cuajados de viva. 
Vidas que no son nuestras y que nosotros en barbara prepotencia diezmamos con un albedrío, que produce vértigo y nos aboca a una buscada hecatombe.
Fruto de este desmedido afán roturador, de este afán acumulador, de este afán de viciado inconformismo, que nos llevará a convertir este bellísimo templo, que es el planeta tierra, en una escombrera de objetos obsolescentes.



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