Croara, la verde rana de San Antonio, y se apagara el último cirio del tenebrario, estoy agazapado en el socoro, mientras los alaridos insufribles que orquesta el sochantre, me paralizan en el húmedo oficio de tinieblas. Se que no conseguiré la probanza, pero desde el peristilo dinamitare el culto de tu Dios.
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