En tu ansia infinita por heredar, terminaras siendo desheredada. En círculos planeas sobre mi, buitre de negra alma, no he muerto, ni voy a morir. Entiendo tu desesperanza, tu vulgar pataleta, tu deseo de medrar a costa del sudor de otros, del camino de otros, del brillo de mi casa. No hay corset que meta en cintura tus tocinos, ni faja que dome tus mantecas, monstruo varado, haragán, y ladrón, tu avidez nuciente te pierde, luntriga cebollera, rata pelona y henchida en tretas barriobajeras. Desoiré tus demandas, he decidido que en mi mundo ya no existes, ni tu tu toda tu patulea.
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