La victoria nunca sacia, solo empuja a un nuevo ataque.
Empuja a una nueva anexión, a la formulación de pactos leoninos.
A la supeditación del interés de la gran parte a la chantajista parte.
Son los rastreros frutos de la división.
Pero salvo utópico, posible no es caminar en grupo.
No es posible para el líder renunciar a los intereses espurios.
A legar fortuna a su prole de desafortunados.
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