Llueve suave sobre las lanchas de granito del abierto patio.
Llueve sin trinos, sin apenas estrépito.
Suave como delicado verso de delicado infante.
Llueve en mayo en el sigilo que precede a las locas campanadas que llaman a misa.
A misa de domingo primero de mayo.
Del mayo florido de María nuestra madre.
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