Nos piden la paz los que nos declararon la guerra.
Los que emboscados nos asestaron puñaladas traperas.
Los que cifraron su campaña en lanzar a las baladronas a correr las calles.
El estanque infecto de aguas perennes y pútridas nos pide calma.
Se atravesó el que no era blanco, entre el principio y el fin, para buscar ser proeza.
Hay promesas que llegan tarde, porque hoy es otro ahora.
Hoy es un ahora de otros, aunque con guerrillas os quedéis con la cumbre.
Vosotros los difamadores no escribís futuro, solo emborronáis de tachones el prometedor presente.
Ruido de cloacas que quieren tapar miserias, miserias de años.
Caváis un hoyo para enterrar el cadáver de vuestra gestión de ineficiencia.
Cuatro años no son nada, pero serán aireadas desde el balcón vuestras nulas destrezas.
Gobernareis quizás el pueblo pero con nuestra perenne oposición y presencia.
Estaremos para dar fe de todas vuestras torpezas.
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