Es por pasión el dolor que siento.
Es ciega pasión la que rige mi vida.
Es devastador sentir, como me han amputado un dedo.
Un bello dedo pequeño y delicado.
Es la fatalidad, un duro azar que hoy no entiendo.
Que hoy siento plomizo en mi estomago.
Amargando el sol de primavera.
Tengo más dedos pero solo pienso en el que he perdido.
Se ha ido uno de mis bellos besadores.
Uno de mis bellos ángeles.
Se que tengo más, que podría tener muchos más.
Pero mi bello ángel blanco ya no volverá.
Adiós mi niñito de hocico negro y húmedo.
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