Como yesca en el cañaveral.
Así son las vidas de los justos.
Guías que no sueltan el timón tras la muerte.
Haré de tu pedregal un vergel, nos prometen.
Desde el humilde cada día un paso, una piedra.
Y en un mañana no muy lejano, estará limpio el valle.
Cuidaré donde cae mi grano.
Haré del lugar donde ya ha caído un recinto fértil.
La suerte es una cuestión de estrategia.
Con la ayuda del justo jugaré con destreza.
Hay un rey en mi espejo, porque me he trabajado para ser rey.
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