No seré petulante, aunque sea irisadamente radiante.
Opaco mi brillo, para no matar.
Mueren demasiados tontos cegados por mi grácil chirriar.
A deshoras se reúne el rendido, el que teme la perdida y el honor a perdido.
A deshoras se reúne la mentira, se reúnen las fulanas de brillos violentos y patas gordas.
Se reúnen las arpías a deshoras para confabular, para urdir trampas.
Se reúnen porque han sentado a la mesa a los amigos traidores y temen ser traicionados con las mismas mañas de su traición.
Demasiados comensales y muy pocos platos y muchas rencillas.
La mala gestión hace a la hacienda menguar y a la vez menguan las sillas.
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