domingo, 8 de febrero de 2015

David Delfín

Por qué seguimos tendencias que no nos favorecen, a quien debemos favores para seguirlas, que favor perseguimos al horrorizarnos.
Aliviadas de luto o cargadas con un luto que no nos alivia, sacerdotisas de extraños cultos y de diosecillos que el milagro de la belleza no obran. 
Luciendo costurones que no costuras, sintiendo que hay muertos que están vivos y nosotras somos muertas vivientes.
Lastima que nos tildemos de divinas con atuendos tan infernales, con sayos y andrajos tan impropios salidos de las manos de coseculos, de zurcidores de despropósitos, de adalides del feísmo, de niños terribles del pret a porter de la grapadora.

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