No se puede ser amigo de los enemigos y menos aun cacarear sus chanzas y delitos.
No se puede besar la mano del ladrón, ni dar las gracias por la injusta y airada bofetada.
No se pude ser ni séquito, ni corte, ni palmero de quien nos tiene como punto de mira, como diana del escarnio.
No se puede uno vender por unas migajas y traicionar en la limosna al pueblo que nos voto.
No se puede, ni se debe abrazar al asesino del amigo, ni besar al violador del código ético que impide someter al cándido, al crédulo, al inocente.
Ni se puede, ni se debe servir a dos señores y menos ser troyano, porque eso es alta traición.
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