Guarda en el conflicto silencio la alimaña, consciente que su daño está en el ataque por sorpresa.
Pensamos que los puestos son eternos, pensamos que es eterna nuestra gloria y nada es eterno si te mueven la silla y debajo de las alfombras sacan tu escoria.
Demasiados aduladores en las horas alta, pocos seguidores en las bajas, mareas que no pensamos que llagarán y cuando llegan nos desarman, el mar dulce lame, el mar bravo golpea.
Todo en este estanque de estancados intereses cierra en falso y así cerrará, encapsulando ponzoña que tarde o temprano reventará.
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