Es un duro oficio ser el rendido.
Ser el despojo enamorado.
El doliente que se entrega y mil veces es rechazado.
Alma colmada que raja el arado de la decepción.
Inflamado estoy por un amor que no apaga, no extingue tu perenne no.
Solo los pájaros picotean el fruto maduro que tu desdén rechaza.
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