Hay tanta mamona aulladora que sofoca el silencio de la verdad.
Enterradoras en la sombra, que zahieren al limpio con puñaladas traperas.
Amparadas en el contubernio del poder que da la alcoba.
Amparadas tras la cascara de la llaneza.
Amparadas tras los arcos de la tibieza.
Escondidas tras los manguteles.
Manos en la sombra.
Manos que talan el erguido árbol que al poder hace sombra.
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